Dioxinas

Por sus repercusiones a la salud, la industria alimentaria debe implementar buenas prácticas y controles de dioxinas durante la producción primaria, procesamiento y distribución que aseguren la inocuidad de los alimentos tanto humanos como animales.

Familia de compuestos químicamente relacionados desde el punto de vista estructural. Las dibenzo-p-dioxinas policloradas y los dibenzofuranos policlorados (PCDD/PCDFs por sus siglas en inglés) son contaminantes producidos de manera no intencional durante los procesos de combustión. La producción y uso de la mayoría de los bifenilos poli clorados PCB’s está prohibida desde 1986, sin embargo aún se encuentran en varias aplicaciones industriales. Están presentes en casi todas partes y son clasificados como contaminantes orgánicos persistentes del medio ambiente (COP’s por sus siglas en inglés). Presentan una característica lipofílica por lo que tienen tendencia a acumularse en los sistemas biológicos principalmente en tejidos grasos. La alimentación con productos animales contribuye acerca del 80% de la exposición humana a este tipo de moléculas. Por sus repercusiones a la salud, la industria alimentaria debe implementar buenas prácticas y controles de dioxinas durante la producción primaria, procesamiento y distribución que aseguren la inocuidad de los alimentos tanto humanos como animales. Dada la omnipresencia de las dioxinas, los seres humanos presentan un nivel de exposición que conduce a tener un nivel base corporal, sin embargo debido a los altos efectos tóxicos que presentan este tipo de moléculas se deben realizar todos los esfuerzos para reducir su exposición e ingesta. En el año 1997 la Organización mundial de la salud a través de la Agencia internacional para la investigación del Cáncer (IARC) clasifica a la dioxina mas tóxica conocida (2,3,7,8 TCDD) como carcinógeno humano y es considerada como un agente cancerígeno de clase Nº1 (máximo de la escala) por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Exposición breve a altas concentraciones de dioxinas puede causar lesiones a la piel, como oscurecimiento irregular y lesiones del tipo cloroacné que puede durar décadas. Asimismo como alteraciones de la función hepática.

Las dioxinas tienen elevada toxicidad y pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario e interferir con hormonas. Una disfunción en el sistema inmunitario puede significar una mayor sensibilidad a la infección, aumentar la probabilidad de desarrollo de algunos tipos de cánceres, aparición de alergias o enfermedades autoinmunes.

Además, una exposición prolongada a bajas dosis, de fallas del sistema inmune, puede producir efectos teratogénicos en el feto, principalmente relacionados con el desarrollo del sistema nervioso.

Se las relaciona con patologías como diabetes, aumento de vello corporal, endometriosis (daños severos en el útero, crecimiento del tejido endometrial por fuera de la cavidad uterina) y daños hepáticos.

En animales la exposición a dioxinas tiene como resultado el desarrollo de varios tipos de cáncer.